Pelagia

Mares y seres marinos

...una gota en el ciberocéano

22.2.06

Mangles, corales y protección costera

Arrecife coralino. Un rompeolas natural

¿Vale la pena dedicar esfuerzos y recursos a la conservación de la naturaleza? Muchas personas todavía contemplan los esfuerzos conservacionistas con actitudes que van desde un amable escepticismo (ay, estos ecologistas otra vez...) hasta la descalificación virulenta. Incluso aún hoy tenemos que oír cómo a quienes impugnan la urbanización masiva del litoral se les dice que se oponen al desarrollo y al progreso.
Sin embargo los ecosistemas naturales tienen verdadero valor. No sólo valor paisajístico, sentimental, científico..., también valor económico. Valor que contribuye a la riqueza y al bienestar de las personas.

Por muy evidente que sea esto, tal valor raramente se tiene en cuenta a la hora de tomar decisiones que afectan al medio natural. Por ejemplo, hace pocos años en España se redactó un plan para capturar el tramo final del río Ebro y trasvasarlo centenares de kilómetros hacia el sur arguyendo la peregrina idea de que “el agua se pierde de todas formas en el mar”. Por supuesto, en el proyecto no estaban contabilizados los costes que hubiera tenido la erosión y reducción del delta del río, donde viven y trabajan miles de personas, ni tampoco el más que probable colapso que se hubiera producido en algunas pesquerías del golfo de Valencia. Afortunadamente dicho trasvase nunca se llevó a cabo, aunque para ello fue necesario que el gobierno que lo propuso perdiera las elecciones.
Para que la aportación de la naturaleza al bienestar humano empezara a valorarse en su justa medida, se introdujo el concepto de servicios de los ecosistemas, que permite asignar un valor económico a los beneficios que la sociedad obtiene de ellos.
La Evaluación de Ecosistemas del Milenio, un programa de trabajo de la ONU, ha definido en 2005 cuatro categorías de servicios de los ecosistemas:
(Cita)
Servicios de provisión: productos que se obtienen de los ecosistemas, entre estos están los recursos genéticos, los alimentos y fibras y el agua dulce.

Servicios de regulación: beneficios relacionados con la regulación de los procesos de los ecosistemas, tales como la regulación del clima, del agua y de ciertas enfermedades que afectan al ser humano.

Servicios culturales: beneficios inmateriales que las personas obtienen de los ecosistemas a través del enriquecimiento espiritual, el desarrollo cognitivo, la reflexión, el recreo y las experiencias estéticas entre las que se encuentran los sistemas de conocimiento [populares], las relaciones sociales y los valores estéticos.

Servicios esenciales: servicios de los ecosistemas que son necesarios para la producción de todos los demás servicios de los ecosistemas. Algunos ejemplos son la producción de biomasa, la producción de oxígeno, la formación y retención del suelo, el ciclo de los nutrientes, el ciclo del agua y la provisión de hábitat.
La UICN acaba de publicar un informe que evalúa los servicios proporcionados por dos importantes ecosistemas costeros: los manglares y los arrecifes de coral.
Ambos son ecosistemas tropicales que forman barreras naturales a lo largo de las costas y que por lo tanto las protegen de los embates del mar abierto contribuyendo a disipar la energía del oleaje y las tormentas. Según su estado de conservación y sus características físicas, son capaces de amortiguar del 70 al 90% de la fuerza de las olas.
Manglar en Camboya (Todd Adams)

El tremendo daño causado a las franjas litorales densamente pobladas por las recientes catástrofes naturales del tsunami de 2004 y los huracanes de 2005, así como la perspectiva de que sucesos semejantes se repitan en el futuro han puesto en primer plano el posible papel de protección costera que desempeñarían tanto los manglares como los arrecifes de coral. Por desgracia éstos se encuentran entre los ecosistemas más amenazados de la Tierra, ya que cubren una superficie comparativamente escasa a nivel mundial. El 30% de los arrecifes se encuentra gravemente dañado y el 35% de los manglares ya ha desaparecido.
Reducción de la superficie de manglar en el golfo de Fonseca (Honduras) de 1987 a 1999

El informe, titulado “In the Front Line: Shoreline Protection and other Ecosystem Services from Mangroves and Coral Reefs”, detalla así los servicios proporcionados por estos ecosistemas:

Los arrecifes de coral
Servicios de regulación
-protección de playas y costas frente a oleaje y tormentas
-reducción de la erosión de la playa
-formación de playas e islas

Servicios de provisión
-pesquerías de subsistencia y comerciales
-peces e invertebrados para el comercio de acuarios ornamentales
-productos farmacéuticos
-materiales de construcción
-joyería y otros ornamentos

Servicios culturales
-turismo y recreación
-apreciación estética y espiritual

Servicios esenciales
-reciclado de nutrientes
-refugio de juveniles

Arrecife de coral

Los manglares
Servicios de regulación
-protección de playas y costas frente a oleaje, tormentas e inundaciones
-reducción de la erosión de la playa y del suelo
-estabilización de la tierra por retención de sedimentos
-mantenimiento de la calidad del agua
-regulación del clima

Servicios de provisión
-pesquerías de subsistencia y comerciales
-acuicultura
-miel
-leña
-materiales de construcción
-remedios tradicionales

Servicios culturales
-turismo y recreación
-apreciación estética y espiritual

Servicios esenciales
-reciclado de nutrientes
-refugio de juveniles
Manglar

Todo ello permite afirmar que se trata de unos de los ecosistemas más valiosos en términos de sus beneficios para la humanidad. Teniendo en cuenta los servicios que proporcionan se calcula, siempre según el informe de la UICN, que cada kilómetro cuadrado de arrecife de coral tendría un valor anual de entre 100.000 y 600.000 USD y cada kilómetro cuadrado de manglar de entre 200.000 y 900.000 USD.
Ambos ecosistemas contribuyen de forma significativa a la economía de los países donde se encuentran, gracias a su importancia en el ámbito de las pesquerías y otros usos extractivos, la protección costera y el turismo. Cuando estos ecosistemas dejan de proporcionar plenamente sus servicios ecológicos, se produce un coste social y económico.
Los arrecifes de coral y los manglares demostraron su capacidad de resistencia al resultar relativamente poco dañados en el tsunami de 2004. Ello puso también de manifiesto la importancia de mantenerlos en buen estado y lo vulnerables que son ante nuestras agresiones.
Conservar la naturaleza tiene un coste, pero los beneficios que se obtienen a medio plazo son mucho mayores.